El ámbito laboral es un lugar privilegiado de anuncio del evangelio y construcción del Reino de Dios. Durante mucho tiempo hemos acentuado cómo ser cristiano va de la mano con vivir unos valores en el ámbito laboral que puedan irradiar esa identidad. Allí donde se da la competitividad, la búsqueda de crecimiento económico, dinámicas de poder y productividad.. el cristiano puede aportar unos valores que nacen de la experiencia de encuentro con Dios. Por ejemplo: la solidaridad, mirar por los últimos, la honestidad, etc
A través del trabajo colaboramos con Dios en la construcción de un mundo más solidario y justo. La Doctrina Social de la Iglesia nos invita a profundizar en la importancia de este ámbito de vida y en sus posibilidades para alguien que desea vivir con coherencia y compromiso su fe. El trabajo es clave en la transformación social.
San Pablo hizo del trabajo una plataforma apostólica. Se dedicaba a tejer tiendas, un trabajo que le permitía la movilidad que necesitaba para la misión e ir encontrándose con personas a las que anunciar la buena noticia del Evangelio.
El ámbito laboral es a veces uno de los ámbitos donde más difícil se nos hace mostrar con explicitud que somos creyentes y lo que supone para nuestra vida el seguimiento de Jesús. Nos hace sentir expuestos, blanco fácil para críticas y casi es un motivo que pensamos que puede restarnos a nuestras aspiraciones profesionales.
¿Cómo vivir la audacia y la parresía de entender el ámbito laboral o el trabajo como un medio de evangelización? Algunas sugerencias
- Mira de manera positiva el trabajo que realizas. Con él colaboras con un Dios que es creador, que sabe construir, hacer crecer, desarrollar.. Tus manos, tu inteligencia, cada uno de tus dones a su servicio… son un medio de encuentro con El. Todo trabajo hecho con profesionalidad y amor nos dignifica. El mismo Jesús fue artesano. No hacen falta grandes puestos para servir, amar y colaborar con Dios.
- Valora el trabajo bien hecho. Trabajar no solo tiene que ver con una retribución económica. Que tu motivación sea más amplia y honda. Trabaja con la satisfacción de poner lo mejor de ti, de darte de servir.. Hazlo como quien sabe que lo hace en presencia de Dios
- Mira a tus compañeros de trabajo como colaboradores y no como rivales. Reconoce donde puedes sumar, ayudar, hacer sentir al otro valioso. Míralos en su conjunto, valóralos por quien son, no sólo por lo que hacen o te aportan. Intuye sus deseos, búsquedas, motivaciones, deseos de cambio.. quizá encuentres en ellos amigos de Dios con los que construir el Reino
- Experimenta el envío por parte de Dios. Toma conciencia de lo que tus palabras, gestos y acciones pueden irradiar. Dios quiere contar contigo para acercarse a la vida de los otros. Con algunos quizá incluso puedes posibilitar que se encuentren de manera personal con El.
- No seas indiferente a las injusticias. Como Jesús, toma partido allí donde percibas injusticias o que se vulneran derechos. Cae en la cuenta de que la denuncia tiene también un valor evangelizador muy importante.
- Sé proactivo a la hora de proponer, pensar pequeñas acciones. No te dejes paralizar por los miedos, los resabios.. Vive el presente como una oportunidad. Dios anda rondando y puedes visibilizarlo. ¿Cómo puedes ser instrumento ahí?
- Acompaña con empatía, cercanía y compromiso. Aprende a caminar al lado de tus compañeros desde estas actitudes. Ser más humanos nos hace mejores cristianos. No subestimes lo que aporta acompañar en los momentos de más dificultad y también en los más alegres.
- Pregúntate en todo momento, ¿qué haría Jesús, qué diría Jesús, qué acontecería en torno a Jesús? Haz de tu seguimiento a Jesús consciente y comprometido un verdadero estilo de vida
Para el aprendiz de apóstol , el ámbito laboral es muy importante. Allí pasamos muchas horas del día, de la semana, del mes, del año.. Ser apóstol no es tanto un añadido sino una clave desde donde estar allí donde se desenvuelve la vida. ¿Cómo es presencia en el ámbito laboral? ¿Descubres su potencial evangelizador? ¿Lo aprovechas?