Cada 13 de mayo conmemoramos la festividad de la Virgen de Fátima. Con esta fiesta recordamos la aparición de la Virgen en 1917 a los tres niños Lucía, Francisco y Jacinta. Ella les solicitó que regresaran al mismo lugar durante los próximos cinco meses, el día 13 de cada mes.
Durante estas apariciones, la Virgen María transmitió varios mensajes a los niños relacionados con la oración, la penitencia y la conversión. El punto culminante fue el milagro del “sol”, que tuvo lugar el 13 de octubre de 1917 ante una multitud de decenas de miles de personas.
Este año el Santuario de Fátima en Portugal se preparó para recibir a miles de creyentes con motivo de los 107 años de las apariciones. Si bien la mayoría fueron portugueses, también llegaron peregrinos de otros países de Europa, Asia y América. Se calcula que se congregaron unas 100,000 personas.
Este año, las principales celebraciones en el santuario fueron presididas por el Cardenal Juan José Omella, arzobispo de Barcelona y expresidente de la Conferencia Episcopal Española. Éste hizo un llamado a orar por la paz en el mundo: “¿Cuántos países hay en guerra? ¿Cuántas familias están en guerra? ¿Cuántos corazones están divididos y en guerra? Pidamos, pidamos la paz”. Además, Omella animó a los presentes a ser misioneros, haciendo de la unidad y la comunión un signo visible para que el mundo crea.
En este año se tuvo muy presente el séptimo aniversario de la canonización de los santos Francisco y Jacinta Marto. Con este motivo, se llevaron a cabo diversas actividades, entre ellas un Rosario y Eucaristía Internacional en la Capilla de las Apariciones.