La parroquia de la Soledad y la Santa Cruz se ha convertido en un espacio de acogida para miles de migrantes centroamericanos que pasan por la Ciudad de México. Se trata de una de las iglesias más antiguas y grandes de la capital
La comunidad parroquial y su párroco, Benito Torres Cervantes, se han dejado alcanzar por el sufrimiento que veían en personas que pasaban por su parroquia: emigrantes, sin techo, etc. De esta manera han posibilitado que puedan encontrar acogida, escucha, orientación legal, alimento o un lugar de descanso.
Hay un grupo de voluntarios y vecinos que se ha unido a esta labor solidaria, en la que tienen un papel fundamental, ya que muchos de ellos se hacen cargo de los servicios básicos que esta gente pueda necesitar. Dicen que es una bonita forma de hacerse “Cristos que sirven y ayudan a otros Cristos”
México sigue luchando contra la pobreza, la inseguridad y la violencia que se da en todo el país pero también en las calles y barrios de las grandes ciudades. Según el párroco, “empezamos a hacer un estudio sobre las necesidades del lugar y una de las más importantes fue las personas en situación de calle o sin techo”
En otra época este templo llegó a albergar a indígenas y a comerciantes de lugares vecinos, pero ahora es un lugar en el que se da refugio a migrantes, indigentes y donde se dice que siempre tendrán un lugar. Asistir a las personas es un primer paso pero es insuficiente. Desde la parroquia les ofrecen también espacios de convivencia y retiro donde afrontar temas como el sentido de vida, la dignidad de las personas y el perdón así como talleres donde aprender un oficio
La migración hacia EEUU desde el centro y sur del continente americano es una realidad muy compleja. Miles de personas buscan nuevas oportunidades y la posibilidad de una vida mejor. Esta iniciativa suma su grano de arena para acompañar a aquellos que dejan todo atrás en busca de un sueño muchas veces difícil de alcanzar.
Si quieres conocer un poco más de esta labor, mira el siguiente video: