El Papa Francisco recibió en febrero a una delegación de la asociación “Diaconie de la beauté” (en español, “Diaconía de la belleza”), fundada en Francia en 2012. Este encuentro fue propiciado por el décimo aniversario de los “Festivales” que promueven anualmente. 

La asociación trabaja en torno a 3 ejes de acción: área espiritual, área de eventos, y área de casas o residencias.

El área espiritual busca despertar en los artistas (músicos, poetas, cantantes, pintores, bailarines, actores, etc),  la búsqueda de la verdad, porque la belleza invita a habitar el mundo de forma diferente. El área de eventos busca, a través de encuentros, espectáculos o conciertos, restablecer el diálogo entre la Iglesia y los artistas. Por último, el área residencial, busca crear hogares donde poder acoger a artistas que  viven momentos de fuerte depresión, soledad o sufrimiento interior. A veces siendo expertos en reconocer la belleza fuera, se dan situaciones donde no la podemos descubrir dentro. 

La Iglesia necesita del arte para seguir anunciando al mundo de hoy la Buena Noticia de Jesús. La belleza es un lenguaje universal que despierta emociones y expresa aquello que a veces ni sabemos ponerle palabras. “Si es auténtico, el artista es capaz de hablar de Dios mejor que nadie, para hacernos percibir su belleza y bondad, para llegar al corazón humano y hacer brillar en él la verdad” (Francisco)

En este encuentro el Papa exhortó a los miembros de este movimiento a salir al encuentro de los hombres y mujeres de nuestro tiempo, recordándoles que la Iglesia cuenta con ellos “para ayudar a nuestros hermanos y hermanas a tener un corazón sensible y compasivo, una mirada renovada de amor por el mundo y por los demás”. Les animó a ser cantores de armonía en medio del mundo. “Necesitamos hombres y mujeres capaces de hacernos soñar con un mundo diferente y hermoso. ¡Hagan soñar a las personas para que aspiren a una vida en plenitud!”