Este libro presenta, a través de trece capítulos, diversos itinerarios interiores que podemos llevar a cabo para encontrar a Dios en nuestro día a día. Se trata de una invitación al discernimiento cotidiano como una forma de vivir más consciente. El autor incorpora ejercicios para el trabajo personal y da pautas para afrontar el discernimiento comunitario o en grupo.
POR QUÉ LEER ESTE LIBRO:
- Presenta con un lenguaje accesible la pedagogía de san Ignacio sobre el discernimiento: “escuchar es el primer paso para encontrar a Dios”
- Invita al trabajo personal para poder ser un mejor testigo y apóstol en los propios ámbitos de vida. Ayuda a descubrir que podemos encontrar a Dios en todas las cosas y también ayudar a otros a encontrarlo.
ALGUNOS PÁRRAFOS SIGNIFICATIVOS:
“Guiado por las reglas de discernimiento de Ignacio de Loyola, he podido encontrar en los espacios cotidianos, rutinarios, en el día tras día, motivos para gozar, aprovechar y transformar lo que voy viviendo.”
“La desolación es un estado emocional acompañado de un discurso que tiende a que nosotros sigamos una inclinación o motivación contraria a lo que es nuestra vida en la fe.”
“La consolación auténtica es siempre un don de Dios. El clima de la consolación nos facilita el avanzar en la toma de decisiones y dar los pasos más difíciles en el seguimiento del Señor Jesús. La consolación nos deja una conciencia interna de lo que es una relación con Dios.”
“Los Ejercicios Espirituales dejan sembrado en nosotros una inspiración profunda de fe en la vida y una total claridad respecto a las actitudes fundamentales que el Señor pide a cada persona. Los Ejercicios sirven de trasfondo y de marco de referencia a nuestra coherencia en nuestro caminar en el seguimiento de Jesús”
CON UNA MIRADA DE APÓSTOL:
Cultivar el discernimiento como hábito del corazón
Continuamente estamos tomando decisiones. Una de las mayores dificultades es que decidimos muchas de manera automática, con poca conciencia, sin una verdadera escucha a nosotros mismos y a Dios. El aprendiz de apóstol ha de estar familiarizado con escuchar a Dios en medio de la vida: no sólo con respecto a lo que le quiere decir personalmente, sino también desabriéndose enviado e invitado a ser evangelio vivo para otros. ¿Cómo integrar el habito del discernimiento cotidiano? ¿Cómo vivir más atento a nosotros mismos, más receptivos para escuchar a Dios? Ese será un primer paso para tomar buenas decisiones. El libro puede ayudarte a tomarte el pulso en este hábito del corazón.