Se trata de un conjunto de comentarios de relatos evangélicos elaborados por nuestro autor. Parte de la convicción de que Jesús es la Luz del Mundo y de que su palabra y vida tienen la capacidad de iluminar a quienes se acercan a El.
La meditación se ha entendido en muchas religiones como un proceso de iluminación, un proceso por el que ir afrontando nuestras sombras para acercarnos progresivamente a la Luz.
POR QUÉ LEER ESTE LIBRO:
- Presenta comentarios a pasajes significativos, haciéndonos comprender que acceder a nuestro mundo interior es algo sencillo y cotidiano
- Incorpora una clave de acceso a los evangelios muy concreta: la mística y la oración contemplativa
- Se detiene especialmente en las imágenes y las metáforas, reconociendo su poder para hablar al corazón
ALGUNOS PÁRRAFOS SIGNIFICATIVOS:
“Quien vive para Dios no puede seguir siendo autorreferencial. El modo de plantearse la existencia, el trabajo que desempeña, las decisiones que va tomando.. n ada tiene ya su raíz en la mera inclinación del gusto sino en algo mucho más profundo y radical”
“Sentirse con una misión implica experimentar dentro de sí el impulso de un espíritu que, por íntimo y familiar que pueda ser, no se identifica sin más con nosotros. No es posible saberse con una misión sin antes haber sentido el entusiasmo”
“Nadie debería guardar para sí lo que ha recibido para el bien de todos. Toda experiencia espiritual debe confrontarse con la expresión cultural y religiosa de su tiempo: dialogar con ella, ponerla en cuestión, renovarla para que tenga vida.”
“Hay que permanecer en la noche, confiar y continuar trabajando. Sólo así se abre el día. El trabajo no es otro que el de mantenerse en la confianza. Tener éxito -hoy lo sé-es perseverar en el fracaso. De dónde se sacan fuerzas es un misterio. Algo -Alguien- me sostuvo. Me abandoné. Bajé los brazos y me rendí. Todo estaba a punto de comenzar, pero yo no lo sabía”
CON UNA MIRADA DE APÓSTOL:
Los momentos de cruz, fuente de vida para otros
En el epílogo, el autor resalta cómo este libro se gestó en un periodo difícil, de oscuridad. Los momentos más difíciles traen muchas veces la posibilidad de descubrir algo nuevo, algo más luminoso. La luz y la noche son las dos caras de una misma moneda. Muchas veces los momentos de mayor dificultad traen misteriosamente un destello de gracia no solo para nosotros, sino también para los demás. Así es muchas veces en la vida apostólica. Nuestras crisis vividas junto al Señor, se convierten en vida y gracia para otros.
¿Qué supone para ti el contacto con la Palabra de Dios? Ésta, ¿se convierte en clave de lectura de la realidad, de tu propia situación, de lo que viven otros? ¿Has tenido la experiencia de que a través de momentos difíciles Dios te ha dado una sabiduría de vida y de fe, que luego ha podido ser gracia y luz para otros?