Hubo muchas mujeres que formaron parte de la vida y del ministerio de Jesús. En pocos casos han quedado recogidos esos encuentros, pero los que hay son tan significativos que podemos tener la certeza de que para Jesús su aportación fue especialmente valiosa.

En el contexto histórico del Jesús, las mujeres israelitas ocupaban un lugar secundario en la sociedad. No participaban de la vida pública, y eran consideradas ciudadanas de segunda categoría. Dependían en todo del varón, y que pasaban de estar bajo la autoridad del padre a la del marido cuando se casaban. También en el ámbito religioso sufrían marginación. El papel más activo quedaba reservado para los varones.  No eran admitidas en las escuelas rabínicas y tenían, por su propia condición femenina, vivir bajo la permanente sospecha de impureza.

Jesús rompió muchos paradigmas, y también lo hizo en su relación con las mujeres.

La existencia de mujeres discípulas

Entre los seguidores más cercanos de Jesús se encontraban también varias mujeres. Los evangelios nos mencionan a algunas de ellas, pero en general su protagonismo aparece muy diluido entre los discípulos. Aparecen en contextos diferentes pero no las mencionan explícitamente como parte del círculo más íntimo.

Se sabe que hubo mujeres que pertenecieron al grupo itinerante de Jesús o que lo acogían en su casa con frecuencia. Incluso algunas de ellas apoyaban materialmente al grupo. Seguir a Jesús suponía en ellas un doble desafío, al gozar de mucha menos libertad que los hombres.  Llevar una vida itinerante atentaba contra las “buenas costumbres” y ponían en duda su honorabilidad.  Sin duda, expresaron un seguimiento a Jesús de forma valiente.

Encuentros transformadores

Jesús tuvo varios encuentros muy significativos con mujeres. Los evangelios nos presentan el poder transformador de estos encuentros . En muchos momentos ellas son presentadas como modelo de fe, tenacidad y generosidad, frente a unos Doce (varones) temerosos y muchas veces  incrédulos. Captan más y mejor quién es realmente Jesús, lo que ha venido traer: salvación, dignidad, la posibilidad de un nuevo comienzo. Merece la pena recordar encuentros tan significativos como el que tuvo con la sirofenicia, la samaritana o la hemorroisa.

El evangelio nos las sitúa también a un grupo de mujeres como testigos de la pasión, ese grupo que desde lejos contempló lo que sucedió y estuvo al pie de la Cruz. El texto de Lc 8,1-3 es especialmente significativo

Las mujeres jugaron un papel crucial en la resurrección. Fueron las primeras que vieron a Jesús resucitado y las primeras evangelizadoras. Recibieron la misión de transmitir a los demás discípulos este anuncio único. La figura de Maria Magdalena es aquí especialmente significativa.

Jesús y las mujeres

La presencia de las mujeres en el ministerio de Jesús no solo desafió las normas sociales de su tiempo, sino que inspiró el papel tan activo que tuvieron en el cristianismo naciente.  Aunque los evangelios mencionan a mujeres en el movimiento de Jesús, en nuestro “imaginario” han pasado muy desapercibidas. Los evangelistas no nos dejaron por escrito ningún relato de vocación en el que la protagonista fuera una mujer. Quizá eso les ha llevado a muchos pensar que las mujeres no son llamadas, escogidas o elegidas, o que su papel es valioso pero siempre secundario y anónimo.

Lo poco que refleja el evangelio apunta a lo disruptivo que fue Jesús. Si así fue en su tiempo, ¿cuál crees que sería la forma de situarse de Jesús en la iglesia y en el mundo aquí y ahora?